La Habana.- Por segundo año consecutivo, el español Rafael Nadal llegará al cénit de la temporada sobre hierba, el Grand Slam británico de Wimbledon, del 2 al 15 de julio, sin disputar ningún certamen sobre esa superficie.
Nadal, reciente campeón de Roland Garros y número uno del mundo, prefirió no jugar la justa londinense de Queen’s, conocida antesala del Abierto de Gran Bretaña, luego de consultar la decisión con sus médicos.
El ganador de 17 títulos de Grand Slam no participa en esta lid desde el 2011, cuando cayó en cuartos de final.
Me hubiera gustado volver este año, pero ha sido una gira de tierra muy larga con grandes resultados… y tengo que escuchar lo que el cuerpo me dice, dijo.
El ibérico también pensó que sus días de gloria habían quedado atrás ya que en las dos temporadas anteriores no había ganado ninguno de los torneos grandes. Con su triunfo en el Abierto de Francia, Nadal quedó a tres coronas de Grand Slam del suizo Roger Federer, el máximo ganador entre los hombres. Pero el español insistió en que no se presiona para alcanzar a su histórico rival.
«Claro que me gustaría tener 20 como Federer o más pero ahora no está en mi cabeza. 17 es un número increíble. Quiero disfrutar del momento», explicó.
Además, la primera raqueta del mundo igualó a sus 32 años el récord de 11 coronas en un mismo «major» de la australiana Margaret Court en Melbourne y llegó a 57 premios sobre tierra y 79 en total.
Su racha en la arcilla parisina comenzó en el 2005 y solo dejó de ganar la Copa de los Mosqueteros en tres ocasiones, una en el 2009, cuando cayó ante el sueco Robin Soderling con la rodilla derecha maltrecha, otra en 2015 ante el serbio Novak Djokovic en su mejor momento, y el año siguiente, retirado por lesión. En total, conquistó 86 de los 88 encuentros disputados.
En su camino a las 11 coronas cedió apenas 18 sets. Es más, en tres oportunidades conquistó el título sin perder ni siquiera uno (2008, 2010 y 2017).
También, en siete de esas consagraciones superó a jugadores mejor ubicados que él en el ranking mundial. Derrotó a Federer (cuatro veces) y Djokovic (dos) cuando eran los primeros del escalafón y a Stanislas Wawrinka en la final de 2017 cuando el suizo estaba tercero, un puesto por delante de él.
Sin embargo, desde el 2011, cuando jugó la final, ha sido incapaz de llegar a los cuartos de final de Wimbledon, el campeonato que ganó en 2008 y 2010, y se le ha convertido en el más complicado.
Con reveses ante rivales de menor calibre y que en otros superficies no le pondrían problemas.
Los resultados no llegan, y aunque a Nadal no se le puede descartar de ningún modo, si este año pasa por Londres habrá que tener en cuenta que lo más normal será no considerarle entre los favoritos más firmes.
Por su parte, Federer regresó a las pistas de tenis en su superficie favorita, el césped, con la mirada puesta en el Abierto de Gran Bretaña y la cima del ranking mundial.
Después de su inesperada derrota en la segunda ronda del Masters 1000 de Miami, ante el australiano Thanasi Kokkinakis, el helvético hizo un parón de dos meses y medio para llegar en buena forma física y mental a la gira sobre hierba.
Federer deberá hacer una campaña sobre pasto casi perfecta y defender su corona en Wimbledon para desafiar el trono del español.
Con ocho mil 670 puntos en la clasificación profesional, el helvético se sitúa segundo en el listado a tan solo 100 puntos de Nadal.
Para llegar al Abierto de Estados Unidos, cuarto Grand Slam de la temporada, a disputarse del 27 de agosto al 9 de septiembre, Federer tendrá que ganar los torneos alemanes de Stuttgart y Halle, y levantar por novena vez el trofeo en Wimbledon, donde el año pasado superó en la final al croata Marin Cilic.
El natural de Basilea demostró el año pasado que su parón durante la temporada de polvo de ladrillo, una superficie demasiado difícil de asumir mentalmente a sus 36 años, le permite mantener el nivel que desea durante el resto del curso.
La carrera de Nadal y Federer parecía terminada cuando tuvieron que alejarse de las canchas por diversas lesiones en 2016, pero el español y el suizo se llevaron los seis torneos del Grand Slam disputados en los últimos 18 meses.
Cuando Federer venció a Nadal en la final del Abierto de Australia 2017, el helvético terminó con una sequía de títulos de Grand Slam de cinco años y ahora podría convertirse en el tenista con más victorias sobre césped de la historia.
El suizo se encuentra a seis partidos de superar al estadounidense Jimmy Connors como el máximo ganador sobre hierba, aunque será difícil que se retire con el mejor promedio de éxitos y derrotas al tener por delante a seis jugadores, todos ellos anteriores a la Era Open.
Los estadounidenses Don Budge (91.2 por ciento), Bill Tilden (90.5), Bobby Riggs (89.5), el australiano Fred Perry (88.8), el francés Rene Lacoste (88.7), y el estadounidense Henry Ellsworth Vines (88.6) lo aventajan.
El astro helvético aparece en el puesto número siete, con un registro de 87.2%, el mejor de la Era Abierta y por delante del estadounidense John McEnroe (85).
Rafael Nadal ante el horizonte de Wimbledon
Por Adrián Mengana Martínez